Disfrute con los cinco sentidos
de una cultura e historia moldeadas por cristalinas aguas

Exuberantes montañas
rebosantes de majestuosa vegetación.

Ríos de cristalinas aguas que parecen purificar el alma.
Gifu, una ciudad favorecida por la naturaleza de montañas púrpuras y aguas cristalinas,
ha ido forjando su historia a lo largo del tiempo

como una ciudad que vive en armonía con el agua.
En su corazón, fluye el río Nagara, que parece dividir la ciudad en dos.
Sus aguas desembocan finalmente en la bahía de Ise.
En su tramo superior, las hermosas aguas permiten disfrutar de actividades
como el rafting y el piragüismo.
En el tramo medio, se pueden ver lugares tradicionales de pesca yana,
donde se pescan peces de río como el ayu o la yamame.
En el tramo inferior, el río serpentea con elegancia entre los campos de arroz y el casco urbano,
brindando a las personas los beneficios de la naturaleza y un remanso de paz para el alma.

El HOTEL RESOL GIFU,
situado en el antiguo distrito textil junto a la estación de Gifu,
ha evolucionado junto a esta ciudad,
respetando su característica conexión
con el agua y las personas,
y dando una cálida bienvenida a nuestros visitantes.

Después de un merecido descanso en el hotel,
le invitamos a disfrutar del tiempo como mejor desee.

Subiendo 20 minutos,
podrá descubrir la única cascada natural de la ciudad,
alimentada por los arroyos que nacen en el monte Dodogamine.
El paisaje varía en cada estación del año,
brindando nuevas emociones cada vez que se visita.

A 30 minutos,
se encontrará en un paraíso idílico:
el río Itadori,
con sus aguas esmeralda y manantiales naturales
brotando por doquier.

En el centro de la ciudad, se puede también disfrutar de los beneficios de las cristalinas aguas.
Frente a la entrada sur de la estación de Gifu,
se encuentra un edificio propio de una destilería con más de un siglo de historia.
En su bodega subterránea, se elabora sake utilizando agua de manantial ultrablanda
proveniente de un pozo propio, produciendo sake durante todo el año.

Gifu, ciudad sin mar,
ha desarrollado precisamente
un profundo anhelo y una reverente relación con el agua.